Olivorio Mateo fue una figura real cuyo papel, en cuanto a curaciones y profesiones (de fe), fue realmente la de un líder carismático que se convirtió en Mesías. Se le dice también Papá Liborio, Maestro Liborio y fue calificado entre otras cosas de brujo, curandero, dios moreno, iluminado, dios silvestre, y otras apelaciones.
Era hijo de Andrés Mateo y Sacarila Ledesma, agricultores que vivían de la explotación de pequeños predios agrícolas.1 La figura mesiánica de Olivorio surgió a principios del siglo XX en San Juan de la Maguana. Cuenta una leyenda que al cumplir los 18 años Oliverio Mateo (Papa Liborio) desapareció inesperadamente por 7 días, nadie sabía de él, hasta que apareció a los 7 días meditando sentado en las tierras de su padre. Este era el inicio de su triple misión como curandero, profeta y guerrillero. Se presentó como un hombre de barbas largas que se autoproclamó enviado de Dios. Curaba enfermos con un trago de ron y un tomo llamado "Tirindanga", a la vez que exhortaba a la gente a vivir en paz, incentivaba el culto a la Santísima Trinidad y hacía dramáticas profecías.
A partir de la revelación, Liborio, así llamado corrientemente, empezó a curar personas y a tener un discurso apocalíptico y profético (diversos hechos concretos anunciados por Olivorio Mateo ocurrieron a posteriori, como el gobierno de Trujillo, los aeroplanos, la tierra arada, la radio, entre otros). Recorrió a modo de peregrinaje toda la provincia de San Juan de la Maguana, un peregrinaje que extendió a todo el país para expandir el culto. Como otros personajes carismáticos Olivorio Mateo emitió poder y sus profecías lo confirmaron.
Son tres señales que le dieron a Olivorio Mateo el reconocimiento como Mesías divino de parte de sus seguidores. Las tres señales fueron las siguientes:
Existen además elementos en su vida que recuerdan aspectos de Jesús Cristo: en primer lugar, cuando tuvo su revelación, volvió a los 7 días, es una referencia bíblica, un número mítico. También como Cristo, fue crucificado, exhibido en su muerte, y al otro día de morir, su cuerpo desapareció como el de Cristo. Se relaciona también a Olivorio Mateo con la reencarnación del cacique Caonabo y de San Juan Bautista, ya que La Agüita era originalmente un lugar de culto a éste hasta que se transpuso a Olivorio Mateo.
El movimiento se originó en una época de cambios rurales, donde el capitalismo entró con fuerza y dejó sin salida a gran cantidad de hombres y mujeres que vivían en zonas rurales y cuyo nivel de vida se pauperizó. En 1916, precisamente fue cuando la isla fue ocupada por los norteamericanos. Estos dispusieron doces ordenanzas agrícolas que perjudicaban a los campesinos: entre estas leyes estaban la Ley del Sistema Torrens, la Ley de Partición de los Terrenos Comuneros, la Ley de Registro de la Propiedad Privada, la Ley de las Concesiones Agrícolas.
Olivorio Mateo se transformó, entonces, en defensor de los campesinos. Constituyó un ejército para protegerse de los ataques de los norteamericanos y estableció relaciones entre los Liboristas y los Gavilleros (ya que algunos pertenecían al movimiento). Los liboristas manifestaron claramente su oposición a la ocupación americana (al negarse a entregar las armas, por ejemplo, al responsabilizarse del encallamiento del crucero americano Memphis, entre otros), y se empeñaron en reivindicar su identidad nacional, el culto a Liborio fue una de estas manifestaciones identitarias.. Por esas razones fueron perseguidos, siendo víctimas directas de persecuciones.
En 1920, Liborio consintió en entregar las armas que había en el grupo, pero algunos de sus seguidores, sobre todos algunos perseguidos de la justicia que se habían refugiado en el movimiento, se opusieron. A partir de entonces, el gobierno de intervención consideró a Liborio el guerrillero más peligroso del país y agilizó los aprestos para darle muerte. Ese mismo año, Liborio y los soldados regulares bajo el mando de las tropas de intervención libraron en el lugar conocido como La Peñita un fuerte combate, el cual dejó un saldo de decenas de muertos y 67 heridos. En esa ocasión, el Maestro» logró escapar con vida y se atrincheró con más de 200 hombres en la loma Sabrosa, en el noroeste de la república, próximo a la frontera. En ese último punto, Liborio Mateo fue abatido a tiros el 27 de junio de 1922, al igual que uno de sus hijos.
Después de la muerte de Liborio, el movimiento resurgió, a principios de los años 60. En esta fase del movimiento, los líderes, carismáticos también, fueron los Mellizos de la familia Ventura Rodríguez, quienes en sus tierras en Palma Sola, reconstruyeron una comuna Liborista que fue arrasada y quemada el 28 de diciembre de 1962 en lo que se conoce como la Masacre de Palma Sola.