Fue un militar y político dominicano. Fue también presidente provisional de la República Dominicana entre 1879 y 1880.
Nació el 8 de septiembre en la ciudad de Puerto Plata. Su madre se llamó Nicolasa Luperón y su padre Pedro Castellanos. Su apellido original era francés, pues, Duperón, que luego se castellanizó como se conoce en la actualidad. Desde muy joven, a los 12 años, estuvo dedicado al trabajo productivo al ser encargado, en Jamao, de los cortes de caoba de Pedro E. Dudocq, su protector, en cuya casa leyó, entre otros libros, las Vidas paralelas de Plutarco. Y a los 19 años, en 1858, instaló una casa de comercio en Yásica.
Teniendo Luperón la edad de 22 años,Pedro Santana, líder de la facción de los terratenientes y hateros, quien había sido militar y primer presidente de la República, produce la llamada anexión a España (1861-1865), con lo cual logró que la monarquía española le concediera el título Marqués de Las Carreras.
Luperón forma parte del grupo de dominicanos que se rebelan contra este hecho. Como producto de esta rebeldía, es hecho prisionero. Logra escaparse, y se va al exilio a Haití, Estados Unidos y Curazao.
Al tiempo, regresa en forma clandestina por Montecristi, y toma parte en el Levantamiento de Saban. Tras una primera derrota se retira a las montañas y desde La Vega, fomenta larebelión, hasta que después del llamado Grito de Capotillo el 16 de agosto del 1863, alcanza la jefatura de un Cantón, y luego el rango de general.
Fue un hombre de un fuerte sentido patriótico y de gran valor en el uso de las armas y las estrategias de guerra. Por estos méritos se le designa Jefe Superior de Operaciones en la Provincia de Santo Domingo, se bate de frente al ejército español, que era comandado por Pedro Santana, por entonces, Marqués de Las Carreras. Pese a ser poderoso y disciplinado, el ejército español, fue derrotado en una estrategia de guerra de guerrillas, debido esto, a la inferioridad en número y en calidad de medios por parte de los rebeldes.
Independiente en la forma de llevar la guerra se malquistó con sus superiores por lo que se le relevó del mando. Regresó a Santiago, donde aceptó el cargo de Vicepresidente de la Junta Gubernativa. Restaurada la República regresa a su pueblo rodeado de la admiración y el cariño del pueblo dominicano que reconoce en él, al más firme paladín de los ideales patrios.
Desde allí se opone al regreso al poder de Báez y es expulsado del país, pero a los pocos meses está nuevamente de regreso integrando el movimiento llamado del Triunvirato que en poco tiempo derroca a Báez y se hace gobierno. Disuelto el Triunvirato en 1866 en favor de la constitucionalidad, asume la Presidencia de la República el General José María Cabral.
Derrocado el gobierno de Cabral en 1868, Luperón se ve obligado a salir de la República, desde donde despliega una intensa campaña de oposición a las pretensiones anexionistas de Báez y logra preparar una expedición, llamada del Telégrafo, por el nombre del barco que se utilizó para la misma. Fracasada la expedición revolucionaria por la intervención de los Estados Unidas, tuvo que alejarse de las costas dominicanas. Sin embargo, ante la inminencia de la posible anexión a los Estados Unidos, Luperón no desmaya en su lucha contra Báez y los anexionistas, recabando el apoyo de la opinión pública latinoamericana y enviando protesta tras protesta al Senado de los Estados Unidos.
Expulsado Báez del poder por la Revolución Unionista en 1873, pudo Luperón retirarse a Puerto Plata, aunque manteniéndose siempre alerta, para defender la integridad de la República y la libertad ciudadana. Al ascender al poder Ulises Espaillat, Luperón accede a desempeñar el cargo de Ministro de Guerra y Marina por entender que debía cooperar con un gobierno respetuoso de los derechos ciudadanos, presidido por un patriota esclarecido como Don Ulises Espaillat. A pesar del decidido apoyo de Luperón, el Presidente Espaillat se vio obligado a renunciar.
Al ser derrocado el gobierno de Cesáreo Guillermo, se establece un gobierno Provisional presidido por Luperón, con sede en Puerto Plata, que, durante los catorce meses de su ejercicio, trajo la paz, la libertad y el progreso al pueblo dominicano, llevando al país a unas elecciones limpias en 1880 en que fue electo Presidente de la República el Presbítero Fernando Arturo de Meriño, respaldado por Luperón, que más tarde se retiró a Europa siendo designado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario. Regresado al país es nombrado Delegado del Gobierno en el Cibao durante el régimen de Francisco Gregorio Billini y así al renunciar éste en 1885, se encuentra del lado del Vicepresidente Alejandro Woss y Gil.
Al estallar la revolución en 1886, desde su cargo Luperón se enfrenta a ésta en Puerto Plata contribuyendo al triunfo de Ulises Hereaux y la ascensión de este a la Presidencia en 1887.
Arrepentido, tempranamente, al darse cuenta del carácter y las intenciones dictatoriales de Lilís, se va al exterior a combatirlo, pero no pudo realizar una campaña efectiva, por la falta de apoyo del Gobierno Haitiano. Enfermo en la isla de Saint Thomas, fue buscado por el mismo Ulises Heureaux, para morir en su pueblo natal Puerto Plata el 21 de mayo de 1897.
Mausoleo del General Luperón en el Cementerio Municipal de Puerto Plata. Aquí descansan sus restos desde el 21 de Mayo de 1897 hasta el 14 de Agosto de 1926 en que fueron trasladados a la capilla de los inmortales.
En la actualidad uno de los municipios de la provincia de Puerto plata, tierra del Gral. Gregorio Luperón, ostenta su nombre el cual fue aprobado el 21 de noviembre de 1927 en el período de gobierno de Horacio Vásquez, cuando se le cambia el nombre de Blanco por el actual, Luperón, en honor al prócer, quien luchó hasta restaurar la independencia en el 1865.
La tercera parada de la primera línea del Metro de Santo Domingo lleva su nombre.